Para los que ya tenemos prácticamente más de la mitad de la vida, llegar a esta disyuntiva, es una situación de angustia. ¿Cambiar de rumbo, de proyecto, de trabajo, de oficio, por una simple Utopía o sueño juvenil, o porque no decirlo, una pequeña crisis? Lo mejor es hacer como que no pasa nada y seguir viviendo lo que hasta ahora me tocaba o por lo que ya había optado desde hace días, meses, o incluso toda una vida.
Ante estas circunstancias, solo nos queda de dos sopas: afrontar y asumir que la vida misma nos esta diciendo que se cumplió un ciclo en nuestras vidas y debemos de seguir la vida, pero dejando de lado esto. O la otra forma: hacernos de la vista gorda, aparentar y tratar de engañarnos a nosotros mismo diciéndonos que solo es una pequeña crisis, que se nos pasara mañana a y seguir viviendo la vida como si nada.
Ciertamente podemos optar por esta situación. Hacernos de la vista gorda, hacer como que no pasa nada y seguir viviendo la vida lo mejor que podemos.
Lo malo de esto es que esta sensación de inquietud y hasta angustia no desaparece.De hecho se empieza a manifestar de manera orgánica. Nuestro cuerpo empieza a sentir malestares: Tensión muscular, estrés, cansancio, depresión y hasta ganas de llorar y sensibilidad emocional que de ordinario no manifestábamos.Señales inequívocas de que hay algo que debemos de atender y no es otra cosa que la crisis por el cambio.
Todos en algún momento de nuestra vida experimentaremos esta situación. Tendremos que vivir la crisis por el optar, de asumir la nueva realidad y esperar lo mejor.
¿Qué hacer entonces?
¿Qué hacer entonces?