1.4
El poder de la palabra hablada
Las palabras son, antes que nada, las
herramientas que se requieren para una comunicación efectiva, principalmente
para aquellas profesiones en las que se trabaja más con la mente que con las
manos. Un buen vocabulario convierte a la comunicación en un proceso más
sencillo, permite decir exactamente lo que uno quiere, permite equiparse para
comunicar, capacita para describir no sólo los pensamientos, sino además los
sentimientos, puede incluso capacitar para hablar por cuenta de otros y ayuda a
ahorrar tiempo al no tener que corregir los malos entendidos que se generan
porque somos incapaces de dejar las cosas claras desde el inicio.
Si nos damos cuenta, las personas de
éxito pueden presentarse ante multitudes, utilizando las palabras para
conformar las opiniones de quienes los escuchan. Las palabras pueden estar
entendidas como los elementos clave, que llevan el pensamiento a otras
personas; al utilizarlas, las palabras nos pueden ayudar como leales servidoras
o también traicionarnos.
En una investigación del Laboratorio
de Ingeniería Humana en la
Universidad de Harvard, al aplicar una serie de pruebas a
diversos individuos buscando comprender la importancia del conocimiento de las
palabras, se les pidió que, en una lista de cinco sinónimos para 150 vocablos,
seleccionaran aquellos que tuvieran un significado más cercano a la palabra
propuesta; los resultados fueron los siguientes: 300 nuevos preparatorianos,
promediaron 75 errores; 750 nuevos universitarios, promediaron 42 errores, 1000
graduados de universidad, promediaron 27 errores; un grupo de profesionales
académicos, promedió 8 errores y un grupo de hombres de negocios promediaron 7
errores.
Las conclusiones a que se llegaron en
la investigación, por supuesto tuvieron que ver con la serie de correlaciones,
no sólo con las variables de conocimiento de las palabras y el grado académico
de los individuos, sino también con aquellas que se destinaban a saber el
puesto de las personas que se dedicaban a los negocios, el sueldo, la carrera
cursada, la escolaridad de los padres, etc. Sin embargo, se pudo notar que los
individuos manejan el vocabulario de acuerdo con sus necesidades y dependiendo
de su contexto de actividad; la amplitud del vocabulario puede dejar mejores
resultados quizás en aquellas personas que lo van a utilizar como una
herramienta de trabajo, mejor que para aquellos que no lo utilizarán.
Pero, ¿cómo obtener un mejor
vocabulario? Una forma directa para lograrlo es acercándose más a la lectura.
Las personas que leen frecuentemente tienen mejor dominio del lenguaje, no es
coincidencia que incluso manejen mejor sus habilidades de conversación y de
escritura.
También hay que pensar que las
palabras deben utilizarse para mejorar nuestro lenguaje, no para presumir de
que conocemos muchos términos, las denominadas “palabras mayores” tienen poco
que ver con la conversación cotidiana; la mejor comunicación es aquella que se
muestra clara y sencilla, sin necesidad de impresionar. El uso deliberado de
cualquier palabra y hacia quien la pronuncia, haciendo que el mensaje no se
entienda por completo.
Un orador exitoso es quien logra
impresionar al auditorio por el contenido de los mensajes y no por lo extenso
del vocabulario empleado, pero siempre es bueno tener en nuestro repertorio aquellas
palabras que parezcan más adecuadas al mensaje que queremos expresar.
También debemos considerar que cuando
nos comunicamos con palabras, sólo estamos utilizando un elemento de nuestra
gama de comportamientos comunicativos, en realidad no podemos dejar de
comunicarnos por un instante. La actitud corporal subraya, muchas veces, lo que
estamos comunicando verbalmente por lo que es importante demostrar seguridad al
emplear un vocabulario acorde con lo que es importante demostrar seguridad al
emplear un vocabulario acorde con lo que decimos y con nuestras actitudes.
Para mejorar, en general el
vocabulario, lo único que tenemos por hacer es practicar con exposiciones y
pláticas cotidianas sobre temas que nos interesan o sean de actualidad.
Una práctica medular de la expresión
oral, es desarrollar el hábito de tomar nota de:
Las ideas que pasen por la mente sobre cualquier
tema y que en un momento dado servirán para alguna exposición.
- Conceptos interesantes que leamos en la prensa.
- Conceptos interesantes que oigamos en la televisión.
- Ideas que se desprenden de una conversación ajena.
- Conceptos que de pronto surjan impensadamente de nuestra boca.
- Ideas de opinión ante los acontecimientos actuales en los lugares donde realizo mis actividades cotidianas (escuelas, casa, empleo, deportivo, etc.)
- Sucesos que ocurren a nuestro alrededor y consideremos importantes (noticias, reglamentos, ambiente, etc.).
Hay temas que se pueden trabajar,
tanto para adquirir práctica como para acumular material, a fin de desarrollar
una habilidad de expresión sobre cualquier área de conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario