Práctica
Conocer los elementos determinantes y aplicarlos en ejercicios
adecuados.
2.1 Expresión corporal
Es común en nuestra vida cotidiana
escuchar que las opiniones sobre los demás se generan a partir de una primera impresión. En la vida académica
y profesional, no debemos olvidar que estamos reflejando rasgos de cultura y
que en parte estos se sugieren a través de una imagen que proporcionamos con
nuestro aspecto.
Hay pruebas de que al cambiar el
lenguaje del cuerpo, también se alteran los propios sentimientos y actitudes.
Charles Darwin inició el estudio moderno del lenguaje corporal, al indicar en
la expresión de la emoción en el hombre y en los animales (1872), que las
expresiones faciales y las posturas del cuerpo se utilizan en todo el reino
animal para lograr lazos sociales, defender el territorio y establecer
autoridad.
Los individuos se abren a los
demás o se esconden tras barreras
autoimpuestas. Se puede crear una barrera al cruzar los brazos, al aferrar un
objeto o al cruzar los tobillos. Simbólicamente, estas barreras distancian a
los demás y contienen los propios sentimientos. Los individuos que abren sus
cuerpos, reclinándose en una silla con las manos detrás de la cabeza,
demuestran tener la suficiente confianza en sí mismos como para expresarse sin
protegerse. También pueden intentar demostrar que dominan a los demás, ya se
trate de una dominación real o bien, porque desean que los demás crean que
dominan.
No todo el lenguaje corporal se puede
interpretar con facilidad , aunque sí es posible tomar conciencia en buena
parte de él, tanto en los demás como en uno mismo, para obtener, de ese modo,
una mayor y mejor comprensión del comportamiento humano.
A las personas con una pauta verbal
más rápida que la habitual se las percibe como más dinámicas e inteligentes y
por ello es probable que convenzan a los demás de su punto de vista. Hablar con
rapidez tiene la ventaja adicional de dar al interlocutor escéptico muy poca
oportunidad para organizar sus contra argumentos.
Mirar a otra persona con sinceridad y
sin titubear demuestra la seguridad con la que nos comunicamos, algunas
actitudes que demuestran lo contrario son: cerrar los ojos durante 2 ó 3
segundos, generando una impresión de distancia, mirar la mejilla (o sólo una
parte de la cara) del que lo escucha, lo que da una imagen de torpeza y distancia;
mirar la ventana o la pared, con una imagen poco interesada y distante; o mirar
al público medio segundo, lo cual reduce el impacto.
Para evitar estos errores es
indispensable practicar, no dispares la vista hacia cualquier lado. Evita el
parpadeo, observa tus miradas en un espejo e imagina cómo ves cuando estás
molesto y cómo cuando estás contento.
Algunas acciones que puedes
considerar para practicar la mirada son: mirar a cualquier lugar cerca de los
ojos, en una exposición, discusión, conversación, etc., es aceptable, pero
nunca al suelo y hombros; puedes practicar mirando en medio de la frente, un
poco arriba de los ojos. Realiza observaciones a personajes de televisión y
compara tus patrones visuales.